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El proceso de deportivización del futvoley en Uruguay: la sistematización de una práctica "extranjera"
Resumen: En un universo de constantes transformaciones en la conceptualización y definición de las prácticas deportivas, este trabajo tiene como objetivo analizar el proceso de deportivización del futvoley en Uruguay, observando las adaptaciones y reconfiguraciones que ha sufrido esta práctica desde que salió de su país de origen, Brasil. Para conocer este proceso entre 2003 y 2018, utilizamos entrevistas a dos jugadores y noticias publicadas en el diario El País. El análisis muestra que la práctica ha sufrido un proceso incompleto de deportivización. Si en un primer momento el deporte se difundió solo en las regiones turísticas del país y en el período de verano, el camino hacia la deportivización promovió algunos cambios. El primero fue una expansión geográfica de la práctica, difundida también en el interior. Además, se observó que la creación de una Asociación que sirvió como apoyo para la difusión de la práctica facilitó la participación internacional en las prácticas profesionales. Sin embargo, en esta trayectoria, los propios entrevistados señalan los límites de la adhesión local a una práctica que busca ser global, relacionados principalmente con la geografía uruguaya. Concluimos que los aspectos locales son importantes limitantes de los procesos de deportivización de prácticas que pretenden globalizarse.
Palabras clave: Futvoley, Historia del deporte, Deportivización, Prácticas locales, Globalización.
The sportization process of footvolley in Uruguay: the systematization of a “foreign” practice
Abstract: In a landscape of constant transformations in the conceptualization and definition of sports practices, this paper seeks to analyze the sportization process of footvolley in Uruguay, examining the adaptations and reconfigurations that this practice has undergone since its introduction in its country of origin, Brazil. To understand this process between 2003 and 2018, interviews with two players and news published in the newspaper El País were employed. The analysis reveals that the practice has undergone an incomplete process of sportization. Initially, the sport was popularized only in the country’s tourist regions and during the summer period; however, the path towards sportization brought about some changes. The first was the geographical expansion of the practice, which also spread away from larger cities. Furthermore, the establishment of an association that supported the dissemination of the practice facilitated international participation in professional sports events. However, along this path, the interviewees themselves pointed out the limitations of local engagement in a sport striving to become global, primarily due to Uruguay’s geographical characteristics. In conclusion, local factors are important constraints on the sportization processes of practices that aspire to globalize.
Keywords: Footvolley, Sport History, Sportization, Local Practices, Globalization.
O processo de esportivização do futevôlei no Uruguai: a sistematização de uma prática “estrangeira”
Resumo: Em um universo de constantes transformações na conceptualização e definição das práticas esportivas, este artigo visa analisar o processo de esportivização do futevôlei no Uruguai, observando as adaptações e reconfigurações que essa prática sofreu desde que saiu de seu país de origem, o Brasil. Para entender esse processo entre 2003 e 2018, utilizamos entrevistas com dois jogadores e notícias publicadas no jornal El País. A análise mostra que a prática passou por um processo incompleto de esportivização. A princípio, o esporte se difundiu apenas nas regiões turísticas do país e no período de verão, mas a trajetória rumo à esportivização promoveu algumas mudanças. A primeira delas foi a expansão geográfica da prática, que se disseminou também no interior do país. Além disso, foi observado que a criação de uma associação que serviu de suporte para a disseminação da prática facilitou a participação internacional nas práticas profissionais. Porém, nessa trajetória, os próprios entrevistados apontam os limites da adesão local a uma prática que pretende ser global, principalmente relacionada à geografia uruguaia. Concluímos que os aspectos locais são importantes fatores limitantes nos processos de adesão esportiva em práticas que pretendem ser globais.
Palavras-chave: Futevôlei, História do esporte, Esportividade, Práticas locais, Globalização.
Introducción
Los Juegos Olímpicos de Tokio (2020) se caracterizaron por innovaciones en cuanto a las prácticas deportivas llevadas a cabo. Esta edición representó la primera instancia en la que la escalada deportiva, el skate y el surf se incorporaron como disciplinas olímpicas, reconfigurando así la lógica de los deportes formales previamente establecida (Schwier; Kilberth, 2019). La inclusión de tales prácticas en el evento deportivo más grande a nivel mundial proporciona indicios sobre las configuraciones contemporáneas de los deportes, ejemplificadas por prácticas que difieren de las realizadas en el pasado. Aunque el deporte analizado en este trabajo, el futevoley, aún no es una práctica olímpica, los esfuerzos por solidificar esta práctica, incluyendo intentos de acercarla a los Juegos Olímpicos de 2016, reflejan una lógica similar de deportivización. Los Juegos Olímpicos son el ejemplo más claro de cómo anteriormente prácticas que tenían una concepción menos formalizada han llegado a formar parte del conjunto de deportes estándar en el universo deportivo contemporáneo.
Otra práctica proveniente de entornos poco convencionales es el crossfit, una fusión entre ejercicios de musculación y deporte, que se distingue por ser una marca privada en la promoción deportiva. Esta modalidad cuenta con control y autonomía en la organización de campeonatos y en la formulación de reglas (Dawson, 2017). Finalmente, otro de los ejemplos más destacados en esta nueva configuración deportiva es el skate, inicialmente asociado al ámbito juvenil y periférico, que ha alcanzado el más alto nivel deportivo mediante una combinación de emprendimiento, publicidad y sponsors (Kilberth, 2019). Se observa que, en todos estos ejemplos, algunos cambios, ya sea en las reglas, en la práctica o en la propia moralidad asociada a la actividad, han llevado a una incursión en el ámbito deportivo.
En todos estos casos, el fenómeno deportivo experimenta una reconfiguración, orientándose hacia nuevas estructuras organizativas (ya sean privadas o no), nuevos grupos sociales, nuevos formatos de competición y nuevos espacios de realización. Sin embargo, a pesar de que la apelación a la novedad constituye una estrategia para otorgar una nueva identidad a los deportes y alcanzar a la población, el proceso de transformación de una práctica corporal en una práctica deportiva sigue ciertas lógicas. En este estudio, adoptamos como modelo heurístico aquel propuesto por Guttmann (2004), que establece que las prácticas deportivas se agrupan según siete características ideales: secularismo, igualdad de oportunidades, especialización de roles, racionalización, organización burocrática, cuantificación y búsqueda de récords.
La adquisición de características deportivas por ciertas prácticas se define por Elias (1985) y Maguire (2014) a través del concepto de deportivización. Este término se utilizó inicialmente para describir el proceso mediante el cual pasatiempos practicados por caballeros y aristócratas en la Inglaterra del siglo XVIII adoptaron un conjunto de reglas más definidas, limitando la violencia y regulando la tensión entre los esfuerzos físicos y los resultados de los juegos. A través de esta regulación, fue posible identificar las primeras transformaciones de pasatiempos más o menos espontáneos en prácticas más institucionalizadas y reguladas (Elias, 1985).
Maguire (2014) amplía esta definición, señalando que este proceso ha pasado por diferentes fases. En primer lugar, entre los siglos XVII y XVIII, con el establecimiento de deportes relacionados con animales, como la caza de zorros y las carreras de caballos. En segundo lugar, en el siglo XIX, prácticas como el fútbol y el rugby asumieron formas modernas, vinculadas a sus apariciones en las public schools inglesas. Una tercera etapa ocurrió en la transición del siglo XIX al XX, con la difusión de los deportes a través de flujos globales, especialmente en las escuelas públicas y posteriormente en otros países de diversas partes del mundo. La cuarta fase señalada por Maguire (2014) tuvo lugar desde mediados de la década de 1920 hasta los años 1960, cuando los deportes comenzaron cada vez más a reflejar un ideal "americanizado", difundiéndose incluso más allá de la sociedad occidental.
Finalmente, a partir de la década de 1960, surge una quinta fase de deportivización con características bastante contradictorias: por un lado, la estandarización de las prácticas en un escenario internacional, estimulada principalmente por los Juegos Olímpicos; por otro lado, nuevas variedades de prácticas corporales surgieron a nivel internacional, desafiando la hegemonía de los deportes hasta entonces considerados estándar. Maguire (2014) concluye su análisis sobre los procesos de deportivización señalando que existe una diversidad de estructuras que acompañaron cada una de las fases, con alcances y diseminaciones variables, tanto en términos temporales como geográficos. También se observa una asimetría en las relaciones predominantes dentro de cada sociedad, reflejando geometrías y jerarquías de poder previamente establecidas.
Estas definiciones nos facilitan la comprensión del objeto de esta investigación, es decir, la institucionalización del futevôlei, una práctica originada en Brasil a mediados de la década de 1960 en las playas de Río de Janeiro. Según Costa Neto y Costa (2015), el inicio de esta práctica se da por la prohibición del fútbol convencional en el espacio de las playas fluminenses. Esto llevó a los jugadores a adaptar la práctica al espacio del vóley playa, utilizando la red y sus delimitaciones, al mismo tiempo que elaboraban una mezcla de gestos técnicos provenientes del ámbito futbolístico. En la década de 1990, esta práctica comenzó a experimentar un proceso de institucionalización con la creación de la Confederação Brasileira de Futevôlei, un organismo encargado de organizar la práctica en todo el país, además de federaciones estatales que se multiplicaron en ese periodo. Como resultado, se diseñaron torneos nacionales, haciendo que la competición estuviera cada vez más regulada. Según datos recopilados por la Federação Paulista de Futevôlei, el deporte experimentó un crecimiento exponencial en los últimos años, con un aumento de más del 250% en el número de practicantes, especialmente durante el período de la pandemia de COVID-19 (Fernandes, 2021). La culminación de esta institucionalización fue la creación en 2022 de la Federação Internacional de Futevôlei (FIFv), encargada de establecer las reglas de la práctica a nivel internacional desde este entonces.
Contemporáneamente, uno de los movimientos más significativos relacionados con la deportivización y difusión de las prácticas deportivas es la globalización, un proceso históricamente multifacético y de largo plazo que afecta y, al mismo tiempo, es transformado por la práctica deportiva. Giulianotti (2015) señala diversas relaciones entre el deporte y la globalización a lo largo del siglo XX, abarcando aspectos políticos, económicos, sociales y culturales.
Keys (2013) explora el papel central del deporte en la globalización contemporánea, destacándolo como un mediador esencial entre identidades nacionales e internacionales. Además de fomentar rivalidades nacionalistas, argumenta que el deporte fortalece el poder internacionalista al crear un sistema globalizado comparable a un "régimen internacional". Organizaciones como el Comité Olímpico Internacional y las federaciones deportivas juegan un papel crucial en la promoción de normas universales y en la estandarización de las competiciones deportivas en todo el mundo. Este proceso no solo racionaliza el deporte, orientándolo hacia el rendimiento gobernado por instituciones occidentales, sino que también refuerza la identidad nacional a través de la participación en eventos deportivos internacionales, como los Juegos Olímpicos, que se han convertido en marcadores significativos de nacionalidad y unidad global.
En el contexto de un mundo complejo y ambiguo, el deporte ofrece un espacio de claridad y competencia objetiva, donde se siguen reglas y el mérito se recompensa de manera tangible. Este entorno no solo crea un vínculo emocional poderoso entre espectadores y participantes, similar a la función simbólica y ritualista de la religión, sino que también permite una “indigenización” espectacular del deporte extranjero en contextos locales. Así, el deporte no solo refleja, sino que moldea la civilización globalizada, destacándose como un fenómeno cultural y político de gran influencia en la construcción y afirmación de identidades nacionales en el siglo XXI.
Sin embargo, Giulianotti (2015) sostiene que, aunque un fenómeno globalizador puede estar vinculado a cierto imperialismo cultural en el ámbito deportivo, existe una creatividad cultural por parte de los actores sociales en la creación, adaptación y transformación de la cultura transnacional, en procesos de hibridación de las prácticas.
En este sentido, se puede considerar que todas las prácticas mencionadas anteriormente, incluyendo el futvoley, se integran a este proceso global deportivo adaptándose a la transnacionalidad de los eventos y, al mismo tiempo, reinterpretando los significados deportivos. Esta discusión nos lleva a considerar que, aunque el deporte sea un fenómeno con una génesis única y definiciones bien establecidas, que permiten conceptualmente agrupar lo que pertenece o no al ámbito deportivo, también presenta variantes en su composición. Para Keys (2013), a lo largo del siglo XX, el deporte moderno competitivo y regulado se ha convertido en dominante a nivel global, reemplazando una rica variedad de juegos tradicionales y competiciones arraigadas en diversas culturas corporales. Esta hegemonía del deporte moderno, orientado al rendimiento y gobernado por federaciones internacionales, refleja un patrón universal moldeado por Occidente. A pesar de esta uniformidad, las variaciones nacionales todavía persisten en los deportes practicados, los estilos de juego adoptados y la importancia cultural atribuida a ellos. Keys (2013, p. 6) afirma que:
Siguen existiendo variaciones nacionales -en los deportes practicados en un país determinado, en sus estilos de juego y en su significado cultural- que desempeñan un papel muy influyente en la formación del imaginario popular, pero estas variaciones se expresan dentro de unos límites mucho más estrechos que los que existían hace un siglo.1
Es posible afirmar, con tales informaciones, que el deporte tiene una doble cara, por un lado, globalizado, por otro lado, aún conserva influencias locales significativas que moldean la imaginación popular y las identidades nacionales.
Dado lo expuesto, este artículo busca comprender la deportivización del futvoley en Uruguay, analizando las adaptaciones y reconfiguraciones experimentadas por esta práctica en el país. El periodo temporal de esta investigación abarca desde 2002, momento en el que se identifican las primeras informaciones sobre la creación de una Federación de Futvoley en el país, hasta 2018, con el intento de consolidación de la práctica a nivel internacional.
Metodológicamente, se trata de una investigación histórica que combina relatos orales con información sobre el deporte difundida por la prensa tanto en Uruguay como en Brasil. El diseño de la investigación corresponde a un estudio de historia oral (Alberti, 2004; Shopes, 2011; Adams & Cronin, 2019). Específicamente, en el caso de este artículo, se pretende recopilar los relatos de dos referentes vinculados a la práctica y al desarrollo del futvoley, considerados informantes cualificados: Anthony Beasley (E1), actual presidente de la Asociación Futvoley Uruguay; y Christian Beasley (E2), primer atleta medallista internacional de la modalidad en Uruguay.
La historia oral, además de ser una práctica, es también un método de investigación. Siguiendo las indicaciones de Adams y Cronin (2019), esta investigación buscó que las entrevistas fueran más que un medio práctico para obtener información; en cambio, se buscó comprender no solo lo que se dijo, sino cómo se dijo, por qué se dijo y sus significados asociados. Por lo tanto, consideramos que las entrevistas formaron parte de un proceso más amplio, que implicó prácticas creativas por parte de los entrevistadores e interpretación de significados.
Las entrevistas, de formato semiestructurado, se llevaron a cabo entre septiembre y noviembre de 2022 a través de la plataforma Zoom. Los entrevistados fueron seleccionados en función de su importancia en la elaboración y estructuración del futvoley en el país. Los informantes consultados sugirieron nombres de posibles entrevistados, y la repetición de nombres indicados nos llevó a elegir a estas dos personas. Además, buscamos información en fuentes periódicas para conocer la circulación de la práctica en Uruguay. Específicamente, utilizamos el periódico "El País", de mayor difusión, para obtener datos sobre el futvoley. Adicionalmente, consultamos algunos periódicos brasileños disponibles en línea, en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional, que cubrieron las primeras participaciones internacionales de jugadores uruguayos.
Después de haber esbozado la metodología para la realización de las entrevistas, nuestro objetivo fue comprender los condicionantes vinculados a la práctica del futvoley y su proceso de institucionalización, abordando cuestiones como la introducción de la práctica en el país, los primeros pasos en la creación de estructuras institucionales, la participación en torneos internacionales y la estructuración legal de la práctica. La discusión se divide en dos apartados, organizados de manera cronológica: el primero relata la llegada de la práctica al país y su limitada aceptación en suelo uruguayo, con un desarrollo más centrado en la capital y la región este. El periodo analizado involucra desde 2002, año de creación de la federación, hasta 2008, cuando se encontraron las últimas noticias en los periódicos. El segundo apartado desarrolla una discusión sobre los primeros intentos de deportivización de la práctica del futvoley en Uruguay. Se exploran las relaciones entre la universalidad de la práctica y las adaptaciones locales para comprender los procesos incompletos de transformación de una práctica que aún se percibe como extranjera en suelo uruguayo. El periodo de análisis sigue en 2010, con la primera participación de atletas en el torneo mundial, y finaliza en 2018, con la organización de un torneo de dimensiones internacionales en el país.
1. Futevôlei o futvoley? La práctica forastera invade las playas uruguayas
A medida que el futvoley se popularizaba e institucionalizaba en Brasil, su llegada a la costa del país vecino se hacía cada vez más evidente. La creación de una confederación brasileña de la práctica sirvió, entre otras cuestiones, para distribuir torneos y campeonatos más allá del litoral fluminense, expandiendo así el deporte a otras regiones, como el sur de Brasil.
En Uruguay, una de las primeras iniciativas relacionadas con la práctica del futvoley reportadas en la prensa fue la creación de una federación deportiva, la Federación Futvoley Uruguay, fundada según el periódico "El País" el 28 de noviembre de 2002 (Sánchez, 2004). En investigaciones históricas sobre el deporte, la institucionalización y la burocratización de las prácticas deportivas son consideradas los pilares de la definición heurística del deporte moderno. (Rioux, 1986; Hobsbawn, 2008; Vigarello, 2006). Para Guttmann (2004, p.47):
Una de las funciones más importantes de la burocracia es velar por que las normas y reglamentos sean universales. Otra es facilitar una red de competiciones que suelen progresar desde los concursos locales hasta los campeonatos mundiales, pasando por los nacionales.2
De esta manera, es evidente que la creación de una federación deportiva para el futvoley en Uruguay indica aspiraciones vinculadas con la deportivización y regulación de la práctica en su territorio.
Esta federación fue organizada a partir de la representación de 3 clubes de la capital, Montevideo (Montevideo Rowing, Huracán Buceo y Centro Gallego), y, en el momento del reportaje, ya contaba con 16 instituciones afiliadas. Uno de los objetivos de la creación de la federación, según la noticia, fue fomentar la práctica competitiva a nivel nacional, organizando campeonatos nacionales y elevando a deportistas locales para competiciones internacionales, como sucedió en el año 2003, con la participación de dos atletas en las etapas del Circuito Mundial disputadas en las ciudades de Brasilia y Manaus, en Brasil (Sánchez, 2004).
Aunque los indicios sobre la creación de la federación datan de 2002, la sistematización de la práctica vinculada a algunos clubes de la capital del país es evidencia de que el deporte ya se venía practicando; la creación de una federación significó que dichos clubes optaron por la legalización con el propósito de difundir la práctica, visibilizarla y, según la noticia, internacionalizarla.
De alguna manera, la estrategia de difusión se concretizó. En la temporada de verano 2004/2005, el título de uno de los artículos del periódico "El País" fue "El 'futvoley' se impone en las playas" (Sánchez, 2004). Según el artículo, el deporte, una variante del vóley playa, se había convertido en la moda del verano europeo de ese año y llegaba con grandes expectativas para el verano uruguayo. El artículo continuaba explicando la forma en que se realizaba la práctica ("las únicas partes del cuerpo que no pueden utilizarse son las manos y los brazos") y señalaba la realización de un circuito nacional en ese mismo año.
Desde el verano anterior, ya marcado por la creación de la federación, un nuevo fenómeno vinculado al futvoley comenzaba a destacarse en Uruguay: la adopción de su práctica en las actividades programadas por la secretaría de deportes relacionadas con el turismo en las ciudades costeras, especialmente en la región este y en la capital del país (Torneos..., 2003). Estas actividades, propuestas rutinariamente por los departamentos de la región, generalmente ofrecían actividades competitivas y de demostración, además de la posibilidad de práctica para nuevos interesados. Entre las actividades ofrecidas, como el beach soccer y el beach vóley, el futvoley comenzaba a destacar como una práctica recurrente, presente en los planes de verano de 2005 y 2008 (Futvoley, 2005; Y no lo..., 2008).
Es interesante notar que estas propuestas relacionadas al futvoley, aunque estuviesen vinculadas con la creación de la federación, tuvieron un carácter más demostrativo y estuvieron más vinculadas a la difusión y disfrute, formando parte de las propuestas gubernamentales de actividades físicas ofrecidas en las playas de la región durante el verano. Estos proyectos, en general, estuvieron vinculados a iniciativas privadas, como la creación de un estadio deportivo al aire libre en Atlántida para la práctica del deporte (Un estadio...; 2005) y actividades promovidas por paradores (Y no lo..., 2008).
En resumen, el primer movimiento de llegada del futvoley a Uruguay contó con un indicio de burocratización, mediante un claro intento de transformar una práctica que ya se realizaba en clubes de la capital en un deporte, según las lógicas heurísticas adoptadas en este trabajo. Sin embargo, dadas las adaptaciones locales vinculadas a la práctica, fue en el ámbito del turismo donde hubo una mayor difusión, siendo el futvoley tomado por las intendencias departamentales como una práctica que, sumada a otros deportes, serviría para animar y divertir a los turistas de verano, especialmente en la región este del país, que recibe un mayor flujo de visitantes.
Retomando las ideas de Giulianotti (2015) en relación con la globalización y la difusión transnacional de los deportes, es importante destacar las posibilidades locales de adopción de una nueva práctica deportiva. Como señala Krüger (2015), toda práctica deportiva mezcla elementos fundacionales y regulares, pero también depende de la adhesión local para su pertinencia. En el caso uruguayo, dos fenómenos pueden deducirse de las fuentes analizadas: el primero, que las primeras prácticas ocurrieron en el este del país, una localidad que recibe más flujo de turistas brasileños, probablemente más familiarizados con la práctica.3 El segundo es la necesidad de una geografía específica para la práctica.
Geógrafos e investigadores de ciencias sociales (principalmente sociólogos y antropólogos) han dirigido mucha atención a la comprensión de las perspectivas de lugar, relevantes para el paisaje, la comunidad y la identidad (Wise, 2015). Para estos investigadores, los espacios y lugares deportivos son piezas claves para entender la representatividad de los deportes, tanto a nivel local y regional como a niveles más amplios. Es posible pensar que tales discusiones también son fundamentales para el estudio de otro elemento deportivo: la actuación. De acuerdo con Vigarello (1988), la evolución de los espacios de práctica deportiva a lo largo del tiempo ha permitido una transformación de las técnicas corporales.
Uno de los espacios que merece atención en el desarrollo de las prácticas deportivas es la playa. Este territorio, que ocupa un lugar destacado en el imaginario hedonista del occidente, es un elemento importante en el desarrollo contemporáneo de un nuevo ecosistema de actividades deportivas y festivas (Lagesite, Rieucau, 2008; Piraudeau, 2019). En Brasil, país donde surge el futvoley, diferentes investigaciones buscan mapear las territorialidades y significados espaciales de los deportes practicados tanto en el mar como en el espacio de las arenas, cada vez más comunes en lugares como la costa nordestina y las playas de la ciudad de Río de Janeiro (Pereira, Dantas, 2019).
En Uruguay, el espacio costero ocupa un lugar destacado en la configuración geográfica del país, considerando la importancia económica y social de los ríos Uruguay y de la Plata, además de sus afluentes (Fernandez, 2022). Fue entre los años 1930 y 1955 que un estímulo turístico cambió los significados del litoral uruguayo e impulsó su uso, tanto por parte de los residentes locales como por los extranjeros, incorporando nuevas prácticas corporales y deportivas al espacio playero (Cunha, 2012). Sin embargo, aunque existe una relación bastante fructífera entre los uruguayos y la playa, hay dos diferencias importantes con las arenas fluminenses. En Uruguay, la temperatura media anual es de 17.5°C, con un invierno mucho más frío que en lugares como el estado del Río de Janeiro y la región nordeste. Además, el país está mayormente atravesado por ríos y no por el mar, lo que genera otro tipo de playa, tanto en términos geográficos como estructurales. Por lo tanto, el desarrollo del futvoley en la región este del país durante el verano se adaptaba, de cierta manera, a las similitudes posibles con la práctica estándar brasileña; al mismo tiempo, se ajustaba a las características locales de posibilidad de la práctica.
2. Los matices de un proceso de deportivización incompleto
2.1 Primeras experiencias competitivas
El año 2010 fue crucial para los nuevos rumbos que tomó el futvoley en Uruguay. Fue en este año que surgieron los primeros intereses vinculados a una práctica más regular. Anthony (E1) detalla que en este período un empresario del ámbito deportivo, organizador de eventos, se puso en contacto con algunos jugadores de vóley playa del departamento de Flores para participar en una etapa de un torneo mundial que se llevaría a cabo en Bahía (Brasil). Su acción estaba orientada a fomentar prácticas playeras poco institucionalizadas en el país. Él actuaba como el enlace internacional con las federaciones, facilitando que Uruguay fuera invitado a participar en eventos internacionales de futvoley y fútbol playa. Dado su estrecho vínculo con el vóley de playa y el fútbol, que estaban más desarrollados, los seleccionados para los torneos de futvoley solían provenir principalmente de este primero deporte mencionado.
Christian (E2) señala que este mismo empresario, al contactar con los equipos de Trinidad – Flores, en el interior del país, solicitó a los referentes deportivos locales la elaboración de un circuito nacional de la modalidad, con el propósito de seleccionar a los campeones para participar en el torneo de Salvador - Bahía. Sin embargo, no había mucho tiempo entre la planificación del torneo y el inicio de la etapa mundial. Por lo tanto, el propio entrevistado se hizo cargo del evento y, en pocas semanas, organizó una competición, llamando a atletas de otros departamentos. El problema, según el entrevistado, es que no existía un conocimiento colectivo sobre las reglas del deporte; ni siquiera había videos difundidos en internet sobre cómo jugar. Según Christian (E2), los organizadores terminaron creando reglas especiales para este evento, como la prohibición de devolver el saque en el primer toque, un elemento que no forma parte de las reglas oficiales del deporte:
Bueno ahí en el 2010 que fue en marzo, este nosotros nada, salió medio de golpe, tuvimos dos semanas, que en realidad lo único que hice fue juntar gente, averiguar cómo se jugaba, porque ahí no había video, nada, por lo menos nosotros no lo encontrábamos, sabíamos la reglamentación muy básicamente, inclusive había algunas reglas que eran internas acá, que la habían puesto, por ejemplo, que no se podía devolver el saque de primera, como una cuestión de juego, pero no era una regla que existiría (Christian, E2).
En su recuerdo sobre el primer período de establecimiento de la práctica, Anthony (E1) señala que fue a partir de la invitación del empresario que comenzaron los entrenamientos de futvoley en Trinidad. Dado que las parejas invitadas eran oficialmente del vóley playa, los entrenamientos implicaban una combinación de vóley y fútbol, ya que esta fue la forma encontrada de desarrollar la práctica con un menor grado de dificultad. Como ejemplo, explica que el segundo golpe – el armado – hacían con las manos y no con el pecho, cabeza o pies como en el futvoley.
En ambas narrativas, es posible observar que las primeras prácticas de futvoley realizadas en Uruguay no se vinculaban a algunas características ideales del deporte, como las señaladas en el esquema heurístico de Guttmann (2004), relacionadas con la institucionalización y la burocratización. Ni siquiera los primeros atletas tenían conocimientos sobre la forma en que se realizaban las técnicas deportivas. Para Vigarello (1988), existen dos formas de elaborar una técnica deportiva. Una de ellas es impuesta por el entorno, el contexto o la sociedad. La otra es una construcción intrínseca, motora, la operación física en sí misma. En el segundo caso, existe la posibilidad de una transposición de modelos de una práctica a otra con el objetivo de aprovechar los conocimientos motores. Considerando lo expuesto por los entrevistados, las primeras técnicas deportivas desarrolladas en el futvoley uruguayo se valieron de esta transposición de modelos, tanto del fútbol playa como del vóley playa, para elaborar las primeras comprensiones corporales de lo que sería la práctica deportiva. Se aprovecharon del medio común (la arena) para transferir algunos conocimientos que podrían ser útiles en relación con las técnicas específicas y que, de alguna manera, sirvieron a los objetivos iniciales de la práctica.
Aunque de manera poco institucionalizada, este circuito nacional resultó en la elección de una dupla campeona para representar al país en el Circuito Mundial de Salvador. El torneo en cuestión era la 1ª etapa del Circuito Brasileño y del Campeonato Mundial de Futevôlei, que estaba en su tercera edición, celebrado entre el 3 y el 7 de marzo de 2010 en Salvador, Bahía (Futevôlei..., 2010). Según las publicaciones periódicas de la época, la final de la etapa mundial se disputó entre una dupla brasileña y una paraguaya, con victoria de los brasileños por tercer año consecutivo (Futevôlei..., 2010). No es insignificante pensar que, al mismo tiempo que la práctica del futvoley daba sus primeros pasos en Uruguay, la situación en Brasil, su país de origen, tampoco estaba completamente institucionalizada. Este torneo llevaba el nombre de nacional e internacional al mismo tiempo, lo que muestra la escasa difusión internacional de la práctica. Aunque se invitaba a atletas del exterior, la instancia internacional se confundía con la nacional, lo que deja claro la poca institucionalización en ese momento. Según Christian (E2), en los torneos de este período, debido a la limitada difusión internacional de la práctica, era común ver la representación de otros países por parte de atletas brasileños. Esta dinámica, de alguna manera, compensaba la falta de internacionalización efectiva en la modalidad.
En su relato, Christian (E2) afirma que esta participación, mismo no victoriosa, sirvió de alguna manera para fomentar una mayor organización del futvoley en el país, aunque de manera incipiente. Por lo tanto, para la edición del año siguiente (2011), que también se celebraría en Bahía, los atletas uruguayos empezaron a planificar su entrenamiento desde noviembre, preparándose para una competencia programada para febrero. Además, el entrevistado señala que, en esta ocasión, se desarrollaron técnicas específicas del futvoley, y no adaptadas del fútbol o vóley, cambios estos seguramente provenientes de la participación internacional de la pareja local.
Como sugiere Guttmann (2004) en su modelo heurístico del deporte, una de las características centrales de esta práctica, que la diferencia de otros elementos, es la especialización de roles, tanto en cuanto al entrenamiento como en la posición ocupada por cada atleta. En este caso, la adopción de técnicas específicas del futvoley seguramente colocó a los atletas en otras condiciones de competencia, mucho más aptos para competir igualmente contra otros oponentes más especializados, representados de manera amplia por los brasileños.
Sin embargo, esta especialización de roles se encontraba con un problema enfrentado en el país: la falta de materiales. Anthony (E1) recuerda que uno de los desafíos vinculados a los primeros intentos de realizar la práctica era la falta de equipos específicos, como pelotas, redes y cintas. Estos materiales se producen y comercializan principalmente en Brasil o Estados Unidos, y obtener los materiales oficiales requería que algunos entusiastas viajaran a uno de estos dos países. En el análisis de la especialización de las técnicas corporales deportivas, Vigarello (1988) destaca la importancia de los materiales y los espacios. Para el autor, una historia global de las prácticas deportivas también implica pensar en la transformación de los materiales. Las técnicas, para el autor, corresponden a los materiales específicos vinculados a ellas. En este caso, el entrenamiento con otras pelotas o con redes de longitud y ancho diferentes haría que las técnicas desarrolladas por los atletas no fueran las mismas que las utilizadas en los torneos oficiales, creando una brecha entre la práctica oficial y la práctica uruguaya.
Según periódicos brasileños, el torneo de 2011 contó con la participación de parejas uruguayas, así como de otras parejas de América del Sur y de otras partes del mundo, como Europa y Asia. A pesar de ello, la final del torneo involucró a los mismos países que el año anterior: Brasil y Paraguay, con victoria de los brasileños (Araujo, Vian, 2011). Anthony (E1) afirma que, organizados más o menos de la misma manera, los uruguayos participaron en tres eventos internacionales entre 2010 y 2012, con juegos realizados en Bahía (2 veces, en 2010 y 2011) y Río de Janeiro (2012). La participación fue semejante en los tres años: la propuesta provenía de dicho empresario, las parejas se organizaban y competían internamente, y para los ganadores de la etapa local se les brindaba la oportunidad de participar en el evento internacional. Al llegar al evento, la disparidad con la capacidad técnica de los atletas brasileños y, en menor medida, paraguayos, quedaba evidente, y Uruguay no obtenía posiciones destacadas en esas jornadas.
Para él, el año que marcó una transformación en esta perspectiva fue 2012, durante el campeonato mundial realizado en Curitiba (Brasil), posterior aquel realizado en Rio de Janeiro. Uno de los primeros cambios notables ocurridos ese año fue la llegada de un entrenador brasileño a Trinidad - Flores, que pasó una semana en la ciudad impartiendo talleres de entrenamiento específicos para la modalidad a atletas e interesados. Al realizar un análisis heurístico de las características deportivas, este episodio puede considerarse un indicio del rumbo hacia una mayor especialización en la práctica, una condición esencial para el establecimiento del deporte moderno (Guttmann, 2004).
Este torneo, celebrado en Curitiba entre el 21 y el 25 de marzo en el Jardim Botânico, ícono turístico de la ciudad, tenía como objetivo llamar la atención sobre la evolución de la modalidad (Curitiba..., 2012). La intención de la empresa responsable de organizar el mundial, la IMX, era aumentar el número de competiciones de carácter internacional para ayudar a profesionalizar el deporte y conferirle un carácter más "serio" (El Futvoley..., 2012). Es notable que este cambio en los sentidos de la práctica del futvoley, deseado por la empresa organizadora, adquiría dimensiones que iban más allá de su práctica en territorio brasileño. El énfasis en la realización de "torneos internacionales" con invitaciones extendidas a países donde la práctica aún no estaba establecida ayudaba a ampliar el sentido de estandarización del futvoley de manera global.
Según Keys (2013), históricamente, las organizaciones internacionales fueron fundamentales para la creación de una cultura deportiva global. Como órganos globales, asistieron para dotar al deporte de una autonomía cultural separada de los contextos locales y nacionales, permitiendo que los mismos juegos se jugaran en todo el mundo. De igual manera, también servía para darle un sentido global a una práctica que, hasta ese momento, se limitaba más bien al universo brasileño, corroborando las premisas de la globalización deportiva discutidas por Giulianotti (2015). En el torneo se inscribieron atletas de 13 países diferentes, que compitieron hasta la gran final. Sin mucho ruido, la pareja uruguaya Christian Beasley y Oscar Larrea llegó al cuarto lugar en el campeonato (Araújo; Vian 2012). Esto sirvió como motivo para cambios sustanciales en la práctica del futvoley en todo el país, como presentaremos a continuación.
2.2 El establecimiento de una asociación
Según los diarios de Curitiba que cubrieron el desarrollo del Mundial de Futvoley, la victoria de los brasileños en 2012 no fue ninguna sorpresa, ni siquiera el segundo lugar de los paraguayos. La gran novedad fue el cuarto puesto obtenido por la pareja uruguaya. En una entrevista realizada por Renan Araújo y Lucas Vian, los atletas uruguayos afirmaron que la victoria sería imposible: "ganar el campeonato es imposible e irracional. Brasil y Paraguay, probablemente Brasil, ganarán el torneo. El primer y segundo lugar no tenemos posibilidades, debemos luchar por el tercero en adelante" (Araújo; Vian, 2012).
El propio título de otra noticia da pistas sobre cómo se percibían los jugadores extranjeros en la competición: "Amateurs usan el Mundial como aprendizaje y diversión" (Rudnick, 2012). Los "amateurs" mencionados eran, en su mayoría, los atletas de otros países que no podían obtener beneficios económicos practicando el futvoley. Según la noticia, la única excepción era la pareja brasileña, que trabajaba en la práctica y recibía premios en efectivo por las victorias obtenidas en el circuito. Otros atletas, como los españoles, uruguayos y estadounidenses, ganaban la vida con otras fuentes de ingresos, como transporte, ventas y administración. Por lo tanto, la posibilidad de dedicarse al deporte se veía afectada por otras obligaciones familiares y profesionales. Esto significaba, según los entrevistados, entre ellos Christian, atleta uruguayo, pocas posibilidades de obtener la victoria, considerando el Mundial como una etapa destinada únicamente al aprendizaje personal y la adquisición de experiencia (Rudnick, 2012).
Para Guttmann (2004, p. 39), la especialización de una práctica está íntimamente relacionada con la profesionalización:
La especialización es el resultado del énfasis característicamente moderno en los logros, que conduce, a su vez, al deseo de liberar al atleta de los molestos y distractivos detalles de la necesidad económica, ya sea por medio de un padre rico, un mecenas generoso, una beca deportiva, una subvención del gobierno o un salario directo.4
De esta manera, es evidente que, para los competidores, la organización nacional uruguaya del futvoley no permitía condiciones de igualdad en la competición contra los brasileños. La forma en que la práctica se desarrollaba hasta ese momento no indicaba una mayor institucionalización. Según Anthony (E1), la cuarta posición de los atletas uruguayos en el torneo generó un premio en efectivo, que se entregaba a través del empresario a los jugadores. Sin embargo, el entrevistado afirma que hubo desacuerdos en el pago del premio. Los atletas acordaron un valor específico con la Federación Brasileña que no fue el mismo que recibieron del empresario. En reacción a este problema, los atletas y otras personas vinculadas al futvoley, especialmente en la ciudad de Trinidad, decidieron organizar una asociación para cuidar de los intereses de los jugadores del país. En ese momento, se formaba el embrión de la Asociación Futvoley Uruguay:
Bien, la asociación se forma en agosto de 2013. La asociación se forma por, viste que yo te contaba que había un manager digamos, una persona que era la que tenía los cupos de futvoley, bueno, esa persona empezó a mostrar cosas que no están buenas en el deporte, cómo quedarse con plata del premio de los jugadores cuando había viajes a Brasil y eso, sin interés de desarrollarlo al deporte, o sea, el loco estaba interesado en hacer un torneo, los torneítos esos con cinco o seis duplas y ta, no quería más nada. (Anthony, E1)
Para Guttmann (2004), una de las expresiones más completas de la determinación del deporte moderno es su adecuación a los dictámenes burocráticos de la sociedad. Desde mediados del siglo XIX, los deportes se alinearon con entidades federativas como ligas y federaciones, con el objetivo de conformar un marco de regulaciones que previeran la resolución de disputas legales y otros conflictos. En el siglo XX, casi todas las naciones modernas habían creado una burocracia deportiva gubernamental para regular y organizar las prácticas deportivas. En el caso de los nuevos deportes surgidos a lo largo del siglo XX, Maguire (2014) señala que uno de los elementos que configuran su orientación hacia la deportivización es precisamente la formación de federaciones y asociaciones encargadas de establecer sus regulaciones, para que se cumplan en todo el mundo.
En lo que respecta al futvoley uruguayo, la creación de una asociación permitiría la configuración de prácticas que hasta entonces no estaban bien elaboradas, como era el caso de los torneos nacionales y las plazas para torneos internacionales. Además, garantizaría la participación y el voto del país en las decisiones continentales relacionadas con el deporte, como la elección de sedes para las competiciones. Finalmente, permitiría la difusión del deporte en todo el país, con una elaboración más definida de cómo el futvoley podría desarrollarse en este ámbito.
A nivel internacional, Brasil también enfrentaba algunos problemas para consolidar la práctica de su deporte. Hasta ese momento, no se había elaborado un libro de reglas para el deporte, el cual fue publicado solo en 2019 (CBFv, 2019). Por lo tanto, eran comunes las exhibiciones de partidos de 4x4 o 3x3, lo que dificultaba la comprensión del deporte. Como se afirmó anteriormente, los torneos disputados en Brasil eran una mezcla de torneo nacional e internacional, sin dejar claro cuáles eran las relaciones jerárquicas entre una práctica y otra, y cuáles eran los formatos de selección y clasificación de los jugadores participantes. La falta de una federación nacional establecida obstaculizaba los planes de estandarización de la práctica, respaldando las afirmaciones de Keys (2013) sobre la importancia de las instituciones en la creación de una cultura deportiva global. En este sentido, utilizando las categorías de Guttmann (2004) de manera heurística y las definiciones de Maguire (2014), ni siquiera en Brasil la práctica del futvoley había completado su proceso de deportivización.
Para Anthony (E1), la iniciativa de crear una asociación en Uruguay sirvió para revertir la situación del deporte en el país en ese momento, ya que fue posible promover acciones que hasta entonces no se habían elaborado. En el verano de 2013, una de las primeras actividades pensadas por la asociación fue un circuito nacional, organizado por fechas mensuales y disputado en diferentes puntos del país (Comienza..., 2012). La gran novedad del circuito era la promoción de la pareja ganadora para el torneo mundial masculino de la modalidad (Se viene..., 2012).
Además, el entrevistado señala que, como acción inicial de la asociación, en el verano de 2014, se invitó a jugadores de fútbol famosos de Uruguay para participar en partidos de exhibición en Punta del Este, conocida playa en el este del país. La propuesta era difundir la práctica y llamar la atención de los medios y las autoridades hacia el nuevo deporte practicado en tierras uruguayas.
En el verano de 2016/2017, otra modalidad de práctica se estableció en los departamentos de Montevideo, Rocha y Canelones: las escuelas deportivas. En estas actividades, propuestas por la intendencia de cada uno de los departamentos, la idea era ofrecer clases de 50 minutos, dos veces por semana, para aprender elementos básicos del deporte (Escuelas..., 2017).
El punto culminante de los logros de la Asociación, en el contexto de la institucionalización de la práctica, se materializó en la realización de un encuentro internacional en suelo uruguayo. Aunque los atletas del país ya habían participado en eventos y competiciones internacionales, la realización de un torneo de tal magnitud era inédita para la asociación. Así, durante la semana de la cerveza de Paysandú,5 la Secretaría Nacional de Deportes, en colaboración con la asociación, organizó el evento, que contó con la participación de jugadores de la categoría masculina de Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay (Encuentro..., 2018). Aunque elevó a la asociación a un nuevo nivel de internacionalización, es importante destacar que el torneo no estuvo vinculado a etapas clasificatorias para el campeonato.
El proceso de institucionalización del futvoley en Uruguay ha tenido éxito hasta el momento analizado en el artículo; sin embargo, hay algunos puntos de inflexión en esta aparentemente lineal trayectoria. Hasta el momento de las entrevistas, en septiembre de 2022, la Asociación aún no había obtenido un estatus normativo frente a la Secretaría Nacional de Deportes de Uruguay. Según la Ley de Fomento y Protección del Sistema Deportivo, el deporte federado debe ser llevado a cabo en el país por personas jurídicas debidamente constituidas bajo la forma de clubes, federaciones y confederaciones, y deben ser reconocidas y supervisadas por la Secretaría Nacional del Deporte (Ley 19828/19).
Como se observa en las fuentes del periódico "El País", a principios de la década de 2000, el país contaba con una federación de futvoley, que nunca más fue mencionada, ni por las fuentes de los periódicos ni por los entrevistados. No se puede determinar si esta Federación dio paso a la Asociación o si ambas coexisten; lo cierto es que la Asociación representó, desde 2013 hasta 2018, fecha límite de la investigación, al futvoley uruguayo en las competiciones internacionales. Según Anthony (E1), la problemática involucra algunos problemas administrativos:
[…] estamos en el camino, yo te diría que todo lo que es la parte legal de la asociación ya somos una asociación como tal, porque al momento que te dan el número de ingreso ya sos como tal, pero los beneficios que te da el ministerio, por ejemplo, partida de dinero, para el desarrollo, al no tener terminado 100% los trámites no te dan, y nosotros estamos en la recta final, lamentablemente, y la burocracia que tenemos acá en Uruguay, es bastante complicada y ha demorado bastante (Anthony – E1).
La gran problemática identificada por el referente deportivo se relaciona con la financiación de la práctica que, al no estar reglamentada, no recibe los aportes estatales previstos por la ley deportiva uruguaya. Sin embargo, es la Asociación la que establece la representación internacional de Uruguay en los torneos realizados a nivel mundial. Por lo tanto, la institucionalización del futvoley en Uruguay, a pesar de sus avances, está permeada por un doble papel: aunque no esté legalmente reconocida en el escenario uruguayo, representa burocráticamente al país en el ámbito internacional. Se puede concluir, por lo tanto, que el proceso de deportivización narrado en este artículo aún está incompleto.
Aspectos locales frente a cuestiones globales en la institucionalización de un deporte: los límites de la deportivización
Desde la década de 1990, el término "globalización" ha sido cada vez más recurrente en las discusiones relacionadas con el deporte, debido a las nuevas conectividades, las relaciones financieras globales, las redes sociales, la migración y el turismo (Giulianotti, 2015). Esta globalización deportiva ha transformado la propia esencia de ciertas prácticas, que anteriormente se asociaban directamente a una única identidad local y nacional. Esto se observa, por ejemplo, en las nuevas prácticas incorporadas a los Juegos Olímpicos, como el skate y el surf, que adquieren nuevas connotaciones al formar parte del mayor escaparate deportivo mundial. Lo mismo ocurre con el futvoley: de una práctica estrictamente vinculada a las playas fluminenses, este deporte comienza a adquirir un formato internacional e insertarse en nuevas lógicas globales.
Este movimiento fue muy evidente en 2012, unos años antes de que Brasil recibiera el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos. En este ínterin, el futvoley aprovechó la exposición de los juegos mundiales celebrados en el país para postularse a una posición olímpica, llevando a cabo partidos de exhibición e invitando a grandes nombres del fútbol brasileño, como Romario (El Futvoley..., 2012).
Esta globalización de la práctica, destacada por el intento de difundir el deporte en otros países mediante partidos y torneos internacionales, debe ir acompañada, según Krüger (2015) y Keys (2013), de una adhesión local. Para Krüger (2015), el deporte es un factor global, pero solo alcanzó tales proporciones basándose en la cultura física local, regional o nacional. Para el autor, no sería posible encontrar un significado para este fenómeno que incluyera su desarrollo en todos los continentes, debido a la definición misma de modernidad y civilización producida de manera diferente en cada uno de estos lugares. Además, según Taylor (2013), el deporte moderno no es una práctica que evolucione simplemente de manera cronológica de lo local a lo nacional, internacional y global, sino que, por el contrario, existieron dimensiones y relaciones transnacionales que respaldaron las estructuras organizativas de estas prácticas. De esta manera, los nuevos deportes realizados en todo el mundo mezclan elementos globales y locales en sus prácticas, es decir, son recibidos, resignificados y adaptados a la realidad de cada país. Estas adaptaciones pueden ser de varios tipos, como en los significados y sentidos atribuidos a la práctica, así como en las reglas del juego o en los espacios de realización.
En el caso uruguayo, el proceso de deportivización del futvoley pasó por diferentes momentos, siempre impregnados por las relaciones locales con el nuevo deporte. Si en un primer momento el deporte se difundió solo en las regiones turísticas del país y en el período de verano, debido principalmente a la adhesión de los turistas brasileños, el camino hacia la deportivización promovió algunos cambios en esa lógica. El primero fue una expansión geográfica de la práctica, difundida también en el interior. Además, se observó que la creación de una Asociación, aunque aún irregular según la legislación uruguaya, sirvió como apoyo para la difusión de la práctica y facilitó la participación internacional en las prácticas profesionales. Sin embargo, en esta trayectoria, los propios entrevistados señalan los límites de la adhesión local a una práctica que busca ser global, relacionados principalmente con la geografía uruguaya. Según Anthony (E1), la reducida extensión de las playas uruguayas, las condiciones climáticas en los períodos fuera de la temporada de verano y la escasa infraestructura local son obstáculos para una adhesión local al futvoley:
Brasil, tiene digamos todas las condiciones para jugar al futvoley, ¿por qué? porque tiene miles y miles de kilómetros de costas, porque en muchos lugares las temperaturas mínimas son de 23 grados, o sea, que lo pueden practicar todo el año […]. En Uruguay yo creo que hemos logrado muy buenos resultados para las pocas condiciones que tenemos, porque tenemos 3 meses de calor […], y bueno, yo creo que con la poca competencia que tenemos nosotros y las pocas condiciones que tenemos sobre todo del clima y de pocas estructuras sobre todo de lugares donde no hay costas, creo que eso es bueno. (Anthony, E1).
Según Vigarello (1988), los recintos deportivos se fueron homogeneizando progresivamente, tratando de evitar la interferencia de elementos externos o que pudieran obstaculizar la práctica deportiva. En el caso del entrevistado, menciona la creación de estructuras cerradas para los entrenamientos de futvoley en el país (ejemplificado por una cancha cerrada en Montevideo) (E1), pero afirma en este extracto que las condiciones locales adversas terminan siendo un impedimento para el establecimiento de condiciones locales ideales para los participantes.
Por lo expuesto, es posible afirmar que el proceso de deportivización de una práctica instituye relaciones entre la universalización de su establecimiento y las condiciones locales ideales para la adhesión de los participantes. En Uruguay, el futvoley sigue en búsqueda de su establecimiento de manera integral, a través de la acción de agentes específicos y vinculados a la Asociación Futvoley Uruguay, pero el proceso se encuentra con los límites locales, especialmente geográficos, que siguen definiendo la categoría de deporte extranjero para el futvoley practicado en sus playas.
Roles de colaboración
Daniele Cristina Carqueijeiro de Medeiros
Conceptualización, análisis formal, investigación, metodología, supervisión, redacción - borrador original, redacción final, revisión y edición.
Luis Ignacio Pertussatti Nogueira
Conceptualización, recopilación de datos, análisis formal, investigación, metodología, redacción - borrador original.
Rodrigo Damián Rohrer Hernández
Conceptualización, recopilación de datos, análisis formal, investigación, metodología, redacción - borrador original.
Flávia Martinelli Ferreira
Conceptualización, análisis formal, investigación, redacción - borrador original, revisión y edición.
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Notas
Recepción: 01 Febrero 2024
Aprobación: 25 Junio 2024
Publicación: 01 Julio 2024