ENTREVISTA/INTERVIEW
Universidad
Nacional de La Plata (Argentina)
pablo_kope
@yahoo.com.ar
Resumen
Luego
de cumplirse 45 años de haber ingresado como alumno al
Profesorado en Educación Física de la Universidad
Nacional de La Plata, el profesor Carlos Parenti es consultado sobre
diferentes temas que hacen al pasado, presente y futuro de la
institución en cuestión. Así, se lo indaga sobre
su trayectoria como alumno y como docente, sobre su labor en la
docencia y la investigación de la mano de Alejandro Amavet, su
gestión al frente del Departamento de Educación Física,
y los principales hechos en relación a los diferentes
contextos sociales, económicos y políticos de la
Argentina. Asimismo, se le pregunta sobre su visión de los
alumnos en la actualidad y sobre cómo se imagina el futuro de
la enseñanza, la investigación y la extensión en
el Departamento.
Palabras
clave: Profesorado
en Educación Física; historia; enseñanza;
investigación; extensión.
Abstract
After
45 years of starting as a student in the course of studies on
Teaching Physical Education at Universidad Nacional de La Plata,
teacher Carlos Parenti is asked about various issues which bring
together the past, present and future of the institution. Thus, this
interview explores his path as a student and his career as a teacher,
his work in teaching and research with Amavet Alejandro, his
management as Head of the Department of Physical Education, and the
essential facts related to different social, economic and political
contexts of Argentina. He was also asked about his vision of students
today and how he pictures the future of teaching, research and
extension activities in the Department.
Keywords:Teaching
of Physical Education; history; teaching practices; investigation;
extension activities.
En
relación a Alejandro Amavet, creador del Profesorado en
Educación Física, ¿Cuál considera que fue
el “legado” dejado?
Haciendo
una especie de raconto histórico de Amavet:
Alejandro
Joaquín Amavet, era capitán del Ejército
Argentino y con ese grado se retira de la fuerza. No hay registro en
la Facultad de la fecha en que se produce, seguramente debe estar el
dato en el Comando del Ejército, al cual, hasta este momento
no se ha podido ingresar para saber fecha y/o causas del Retiro
Efectivo.
Como
legado, diría, es la preocupación por la formación
docente en Educación Física (en adelante EF) y por
supuesto la creación del Profesorado dentro de la Universidad
Nacional de La Plata (en adelante UNLP), más precisamente en
la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Digo
“más precisamente” porque hasta ese momento la
formación de los profesores de EF se realizaba en los
Institutos Nacionales de EF (INEF) de origen civil, y también
egresaban profesores de EF de la Dirección de Tiro y Gimnasia
del Ejercito, división EF, en la cual se recibe Amavet.
Esta
posición controversial para muchos, en esa época, puede
explicar que la formación docente seguía los criterios
casi exclusivos donde el docente de EF era un “hacedor nato”
y los alumnos en la escuela debían disciplinarse sólo
por la ejecución efectiva y precisa del ejercicio impartido.
Amavet,
si bien en sus inicios como docente y en sus escritos anteriores al
ingreso a la Facultad transitaba estos criterios, ya en publicaciones
en Revistas de EF e intervenciones en Congresos, dejaba entrever
posturas diferentes en la formación, que cristaliza con la
creación del profesorado en la UNLP, al sostener que si la EF
forma parte del currículum escolar y los docentes de las otras
disciplinas se formaban en las Humanidades, el docente en EF también
debería formarse con los conocimientos que aportan la
Historia, la Filosofía, la Sociología, la Antropología,
los contenidos de las Ciencias de la Educación y la
investigación. Creo sin dudas que éste fue su legado
más importante.
Con
respecto a su biografía, ¿cómo fue la
trayectoria dentro del Profesorado a partir del ingreso como
estudiante?
Es
algo muy peculiar, muy particular a la vez: antes de ingresar acá,
fui a inscribirme al INEF Romero Brest, porque era como a uno también
lo habían formado en la Secundaria, con el rendimiento y
demás. Y ahí encontré todo un orden, muy
establecido, por supuesto, época de militares en el Estado. La
cantidad de pruebas de rendimiento motor que se requerían, en
algunos casos, no tenía posibilidad de superarlas, como por
ejemplo nado de estilos y distancias en natación, destrezas y
dominios de gimnasia sobre aparatos, casi una performance de atleta
de competencia, y yo estaba lejos de serlo. Otro lugar posible era
Humanidades en La Plata, aunque el “prestigio” era
cuestionable. Contrario al orden del INEF, en Humanidades encontré
el “desorden”. Retiré los requisitos de
inscripción y sólo había que llenar planillas,
ninguna prueba de capacidad de rendimiento físico, solamente
asistir, antes del inicio del ciclo lectivo, a charlas informativas
sobre el Profesorado. Recuerdo la “búsqueda” de
información específica, era una lucha sin cuartel
porque las inscripciones a la Facultad estaban todas en una
cartelera, así que encontrar sobre la carrera de EF fue
milagroso, cada uno tenía que buscar dónde, cómo
y cuándo inscribirse en el campo de deportes y en el edificio
de la Facultad, y hacer coincidir los horarios con mis viajes. Por
entonces, año 1968, vivía en Florencio Varela, así
que también debía coordinar con horarios de trenes,
tanto de llegada a La Plata como de regreso. En el año 68
ingresamos cuatro del mismo pago, tres mujeres y yo, y fue así
que el que encontraba un horario y el lugar de clase, lo socializaba.
Recuerdo
la incertidumbre del inicio, hasta que nos citan a una primera charla
con Amavet, donde estaba la dependencia del Departamento de Ciencias
de la Educación, que era en la calle 45 entre 6 y 7. Allí
también funcionaba esa carrera y la Sección de EF.
El
entusiasmo lógico del inicio como también la
perplejidad. Digo esto porque al escuchar por primera vez al Profesor
Amavet me vi sorprendido, porque yo creía que la EF era otra
cosa. Cuando empieza a hablar del cuerpo-ser, del cuerpo-tener, de la
EF o las prácticas corporales de los griegos, y los traía
a la crítica de ese momento, me parecía que le había
errado de charla inicial. Por supuesto los cuatro del pago varelense
en los viajes iniciales no salíamos de la incertidumbre de la
propuesta de esta perspectiva. Me parecía que no era EF, hasta
que después de leer lo que sugería Amavet y otros
profesores como Norberto Assali, como ayudante diplomado, y Ernesto
Rogg, como Profesor a cargo de la carrera, empecé a recomponer
y a interesarme por lo novedoso de la propuesta.
Los
cuatro alumnos “viajantes” que concurríamos a
todos los teóricos de Amavet empezamos a compartir dudas y
lecturas con Jorge Fridman, y también preguntas, ya que Amavet
proponía siempre la discusión, el debate y esto era lo
bueno porque me despertó mucha curiosidad y no sé si
pude satisfacerla totalmente hoy, pero esa actitud hizo posible que
siga en la búsqueda de nuevas formas de enseñar, de
investigar, de relacionarme con otros profesores de la Facultad.
Nos
entusiasmamos con Amavet y asistimos a la mayoría de las
clases teóricas, si era que “nos daban” el cuerpo
y los horarios. Era bastante ajetreado en su momento porque teníamos
que asistir a las prácticas del campo de deportes de lunes a
sábados; dos veces por semana a cursar Anatomía en la
Facultad de Medicina, con los alumnos de Medicina, entre otras cosas.
El segundo año igual: ir a cursar Fisiología, también
con los alumnos de Medicina. Recuerdo que te evaluaban antes de
entrar al Práctico, y si no respondías correctamente
las preguntas, recuperabas los sábados, había que
estudiar previamente los Prácticos.
La
situación más “descabellada” era que
después del campo de deportes, que terminábamos
alrededor del mediodía, íbamos al Comedor Universitario
(hoy Facultad de Odontología) y entrabamos a las 14 hs a
Medicina para ver huesos, cadáveres disecados, “preparados”,
y otras partes. Era insoportable el olor a formol después de
comer, lo que provocaba escenas de descompostura.
El
Profesorado de EF organizaba a partir del mes de febrero, hasta el
inicio de clases, un Curso de Verano para las maestras de grado para
que incluyeran, si era posible, clases prácticas de la materia
en los horarios de las escuelas primarias que no tenían
profesores. En el año 69 (febrero a marzo) nos anotamos con
Jorge Fridman como colaboradores. El Curso estaba a cargo de Amavet y
otros profesores de la carrera.
En
1969 se cierra la inscripción a nuestra carrera (debemos
recordar que por entonces la Universidad estaba intervenida por el
gobierno de facto). Las autoridades de las distintas Facultades no
eran elegidas por los claustros como hoy, sino que eran impuestos por
los interventores de la Universidad por sus acuerdos con el régimen
militar. A nuestra Facultad le tocó en “suerte” un
decano, (la minúscula es intencional), no recuerdo con certeza
si era psicólogo o psiquiatra (me parece que apellido era
Ballbé). Su justificación inicial era que en
Humanidades no había lugar para “Los transpiradores”,
y sí quizás podían estar en Medicina, por la
formación anatómica y fisiológica que deberíamos
tener, además consideraba a la EF como un simple hacer.
Por
entonces hubo movilizaciones de los alumnos de las demás
carreras y apoyos de la mayoría los docentes de la Facultad
Humanidades y de otras Facultades, principalmente de nuestro Centro
de Estudiantes y de los demás Centros de las diferentes
Facultades. Hubo movilizaciones y marchas por las calles platenses en
repudio del cierre de la carrera, pero también con gran
preponderancia a la oposición de la intervención de las
Universidades y del gobierno militar.
Vale
la pena hacer mención que por esos años tuvo gran
influencia en las luchas el “Mayo Francés”, y en
Argentina las movilizaciones obreras y estudiantiles del “Cordobazo”
y las luchas callejeras contra el régimen. Un año
después, en 1970, se produjo la reapertura de la inscripción
a nuestra carrera, previa destitución del decano.
Amavet
nos permite a Fridman y a mí incluirnos como ayudantes alumnos
en Introducción a la EF (1º año). Jorge además
por ganar una beca debía cumplir con requisitos de asistencia
y colaboración en cátedras.
En
1970, y habiendo cursado tercer año y aprobado la materia
Teoría Especial de la Gimnástica, Amavet me invita a
participar también como ayudante alumno, no a cargo de las
clases prácticas, sino como apoyo en las consultas de los
compañeros. En un momento por cuestiones personales, tuve que
restringir, pero no abandonar totalmente, mi colaboración en
las materias.
En
el año 1973, ya recibido, también colaboraba en la
materia Gimnástica I, hoy EF 1, en una “escuelita”
(eje), Formación Básica del Cuerpo y del Movimiento 1,
hoy más emparentada con los juegos y prácticas en la
escuela primaria.
Amavet,
sabiendo que estaba con mi título de Profesor en Educación
Física, me nombra Ayudante Diplomado con rentas en las
materias Teoría Especial de la Gimnástica y JTP en
Seminario de Investigaciones en Educación Física, de
3ero y 4to año respectivamente.
En
1973, cambios de gobiernos militares a democráticos de
impresionante repercusión social, momentos muy ajetreados que
vivió el país, ocurre algo insólito y propio de
la época, por suerte ya superado. En septiembre de ese año,
gana el peronismo las elecciones, las Universidades son intervenidas
por disposición del Ministerio de Educación y al
profesorAmavet lo jubilan de oficio por haber superado la edad de
65 años (68 tenía por entonces), requisito jubilatorio
estatutario previo, aunque por estatuto los docentes pueden continuar
por tres años más, renovables por dos períodos.
Situación
inesperada e impensada, las materias Introducción a la EF,
Teoría Especial de la Gimnástica y Seminario de
Investigaciones en EF quedan acéfalas. Al no haber Titular ni
Adjunto, me nombran de hecho Profesor Titular de las dos últimas
materias citadas. Así que de Ayudante Diplomado y Jefe de
Trabajos Prácticos pasé a ser Titular; un salto
cualitativo imposible hoy por la norma académica. Era el
momento donde casi todo valía, podría decirse, así
que tuve a cargo Seminario en el año 73 y 74, y Teoría
Especial de la Gimnástica.
También
en ese año hubo cambios similares en las demás Carreras
de nuestra Facultad y en otras Facultades. En esos momentos también
se removieron las autoridades de las carreras (Jefes de
Departamentos).
En
el Profesorado los cambios fueron más profundos que en otros.
Independientemente de mi carrera como Profesor o como docente, hubo
algo que marcó bastante al Profesorado, ante la ausencia de
autoridades, en ese momento se llamaba Sección de Educación
Física: constituimos un co-gobierno (analizado hoy unos
anárquicos extremos). Era un momento de cambio constante de
autoridades, y nuestro Profesorado no podía quedar al margen.
No aceptábamos autoridades que impusiera la Facultad. Así
que esta formación del co-gobierno tenía representantes
por partes iguales de alumnos, de egresados y de profesores, Se
discutían y ponían a consideración, los
horarios, los contenidos de las materias específicas, y
nuestra relación con la Facultad.
Superada
esa forma cuasi anárquica de conducción, se nombra
interventor al profesor Raúl Acosta que integraba el plantel
docente. Ahora sí debíamos organizarnos nuevamente
dependiendo de los criterios de la Facultad.
En
el año 1974, otro año de quiebre, aunque dentro de la
conducción democrática, fallece Perón. El 8 de
octubre es una fecha que uno puede recordar por el cierre de la
Universidad u otros por el fallecimiento, o la muerte mejor dicho, o
la matanza, del Che Guevara. Son fechas históricas. Se cierran
las Universidades porque cambia la lógica del Gobierno
Nacional, asume como Ministro de Educación Ibanicevich y
estaba más ligado a los grupos Lopezreguistas de derecha, y
todo lo que se consideraba vínculos con las izquierdas o
pensamiento crítico, digamos, como sistema de pensamiento
libre, fue clausurado.
Todos
los nombramientos caducaron y desaparecí, por supuesto no
físicamente por suerte, pero desaparecí de la academia,
porque era imposible estar a pesar de ser un gobierno democrático.
Por referencia de personas más ligadas a la resistencia y
amigos, me comentan que yo estaba tildado de pertenecer al grupo
Montoneros o de estar también ligado al Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP). Como para sacarte del medio había
que meterte una marca, me aplicaron uno de esos “atributos”.
Por suerte me enteré después y hoy lo puedo seguir
contando
.
Y
usted vuelve al Profesorado recién en 1984, nombrado
normalizador del Departamento.
Sí,
en el año 1984 y ante el regreso del Sistema Democrático.
Con los compañeros y las compañeras nos seguíamos
viendo. Gana el Partido Radical y compañeros de promoción
y otros militantes me proponen como Normalizador del Departamento de
EF, con el acompañamiento del Profesor Néstor Assali,
según ellos, porque éramos los más cercanos al
pensamiento de Amavet por haber estado en sus materias, y por tener
cierto modo de organización, porque no había
experiencia en otros profesores. Además, porque esos
profesores estaban ligados al gobierno de facto y sospechados de
colaboracionistas con el proceso. Proponer el o los nombres de
quienes estaban en el proceso como Director era imposible. Debo decir
que lamentablemente con el profesor Assali no se pudieron realizar
los cambios acordados porque fallece el 11 de septiembre del año
‘84. De él guardo un inmenso y grato recuerdo.
Así
comienza la otra parte de la “locura”. La primera locura
fue en el 1974 con los grupos guerrilleros dentro de la Facultad. La
otra parte fue la aventura democrática, riquísima
experiencia, pero también con poca práctica para el
cargo. La evaluación de las autoridades normalizadoras en la
Universidad y en la Facultad consideraron posible estos
nombramientos; por otro lado por haber estado formando el co-gobierno
teníamos mejor conocimiento de las administraciones y de la
academia en la Facultad, en conjunción con otros profesores de
las demás carreras, contemporáneos en el 1970/1974. Así
se pudieron reconstruir varias cosas en conjunto.
La
democracia posibilitó el ingreso irrestricto, porque hasta ahí
el ingreso era restrictivo. Lo paradójico de esto es que desde
el ‘76 al ‘83, el ingreso era igual que en los INEF. Se
requería determinada medida, se evaluaba el rendimiento motor
y demás. Aunque se superaran las pruebas había un cupo
de cien alumnos, que nunca estuvo claro, ni hay documentos: solamente
se aplicaba. No sé si eran tantas mujeres y tantos varones.
Nunca se supo, o al menos yo nunca lo supe.
Continué
hasta el ‘90, por supuesto con las lógicas y pujas
internas, hasta que renuncié, por otro lado porque ya había
cumplido un ciclo. Había que dejar el paso ya a gente que uno
había tratado de que se incorporara y que también tenía
formación. Después se nombró a la Profesora
María Lucía Gayol como Directora del Departamento para
completar mi tercer período. Luego los nombramientos
estuvieron a cargo de las autoridades elegidas por los claustros de
profesores, graduado y alumnos según el Estatuto
Universitario, para nombrar Decanos y demás autoridades y los
representantes del Consejo Académico (hoy Consejo Directivo).
La
actualidad es perfectamente rastreable y conocida. Por supuesto,
siempre con las tensiones internas, hoy no tan marcadas. En un
momento, había que luchar simbólicamente entre el ‘84
y el ‘86-‘87 con los resabios de lo que era la Dictadura
porque si había algo que no se podía hacer en
democracia era operar como se había operado con la dictadura,
echar a la gente. Sí se podía cambiar al Director
porque es un cargo político, pero no se podía echar a
los profesores, que eran cargos académicos, a pesar de que
muchos no habían concursado, y por ende no estaban
legitimados. Pero el principio normalizador era no echar a la gente,
sino tratar de persuadirla de que la educación en democracia
es la única forma de educar para la democracia.
¿Cómo
caracterizaría la enseñanza del Profesorado hoy en día
comparada con el momento de su ingreso a la carrera?
Por
suerte uno puede hablar de la historia, pero no de la historia
anquilosada. Digamos que la historia se constituye constantemente.
Los procesos de formación docente fueron cambiando porque las
demandas sociales fueron cambiando, por lo tanto, promoviendo otras
necesidades y demandas, porque en ese momento, yo diría desde
mi época de ingreso e inclusive en el año ‘84 en
adelante, casi hasta los ‘90, o un poco menos, la formación
docente era el eje central, y no la formación profesional. Se
formaban docentes para el campo docente. El eje o la mirada estaban
puestos ahí. La creación de escuelas Primarias,
Secundarias, Jardines de Infantes, generó la demanda docente
en todas las áreas. Por lo tanto hoy la demanda del campo es
mucho más grande, y la Universidad debe gestionar cambios,
proponer cambios. El Profesorado debe estar en esta misma dirección
y generar la formación docente como principio de la Facultad
de Humanidades, pero también formar profesionales para la
amplitud de nuestro campo laboral.
Hay
profesores que hoy, por ejemplo, trabajan en la recuperación
cardiológica, recuperación a través de actividad
física, recuperación en enfermos de diabetes, o ya hay
profesores en EF trabajando en diferentes tipos de dolencias, faltas
y enfermedades en la que el cuerpo está entrometido; también en las tareas sociales, la
tercera edad, etc. Como están incursionando en todo el sistema
educativo también están en lo extracurricular. Uno
podría decir que ya no es lo formal o no formal. La etapa
escolar está cubierta y en la etapa no escolar -que pueden ser
los clubes, colonias de vacaciones, gimnasios, cuanto lugar haya de
actividad- hay un profesor de EF; pero no solamente un docente que
seguramente esa es la línea básica de su formación,
sino un profesional que sabe, que se ha especializado. Es ahí
donde uno ve el cambio positivo, siempre estar de acuerdo a las
demandas de la sociedad, y a veces promoviendo la demanda, porque si
no siempre se está por detrás de la necesidad. No sería
Universidad si uno se quedara en “si me piden esto, lo hago”,
sino generar la necesidad, que esto también es importante.
¿Cómo
ha cambiado su visión de los alumnos del Profesorado a lo
largo de las últimas décadas? (si se es que ha
cambiado)
Es
posible decir que el compromiso ha cambiado. Lo que he notado a
medida que pasaron los años no es que no exista compromiso,
sino que se ha diluido. En los años en que he estado acá,
que desde 1984 a la fecha fueron bastantes, he notado que había
jóvenes que venían a estudiar para ser profesores, que
trabajaban, gente del interior que se esforzaba porque era
“subvencionada” por los padres. Tenían mayor
compromiso de estudio. Lo que creo es que también el menor
compromiso no es producto de los jóvenes, sino del sistema
educativo previo. La Secundaria hasta ese entonces estaba organizada
de un modo, pero hay que recordar que en los años ‘90 se
produce el cambio en términos del sistema educativo con los 3
ciclos de la Educación General Básica y Polimodal, y
ahí no había nada. Había mucha estructura en los
papeles, en las leyes, pero no se evidenciaba tanto en las escuelas
primarias y secundarias. No se sabía a quién pertenecía
uno y otro ciclo, y los alumnos tenían que pasar o pasar de un
año a otro por un problema político más que por
un saber producto del conocimiento. Entonces, empezaron a venir de
repente sin conocimientos previos sólidos. Recuerdo preguntar
cosas que para mí eran de la escuela Secundaria, y que no se
sabían, que no habían leído; tampoco no tenían,
ni los tienen, hábitos de lectura. Por lo general se ve que
vienen a clase sin lecturas previas, sin compromiso de participación,
da lo mismo. Hasta hace poco tiempo, los alumnos pedían
disculpas por no venir cuando cursaban la promoción de la
materia, me decían “no pude venir, discúlpeme”.
Ahora no vienen, y si lo hacen no traen el material leído o
por lo menos en papel. El último año o la última
promoción conmigo, ahora en el primer cuatrimestre (de 2013),
pasaron 85 alumnos por promoción, y terminaron 15. Es una
deserción muy grande. No sé si es el compromiso o es la
falta de esmero, o la falta de interés. Me parece que debe ser
multicausal. Los alumnos vienen y se sientan, no vienen con el
material leído, no saben cómo armar una discusión,
hay que proponerles, hay que “empujarlos” constantemente.
¡No preguntan! Debo decir también que existen los casos
excepcionales de muy buena producción. El tema es lo
excepcional, antes era lo común.
¿Cómo
ve el presente del Profesorado en relación a la enseñanza,
la extensión y la investigación?
Muy
bien. Respecto de la enseñanza, se sigue progresando, con
todos los avatares que pueden tener la misma, la Universidad, y el
sistema. Es importante el hecho de tener ya Titulares en cada una de
las cátedras, Titulares preocupados, todos los cuadros
docentes armados. Esto hace que nuestra enseñanza tenga una
mayor calidad.
Por
el lado de la extensión, otro de los pilares de la
Universidad, hay muchísimos programas, proyectos de extensión
a nivel comunitario o a nivel escolar. Y es bastante interesante esa
propuesta, hay muchos grupos, como también hay muchísimos
grupos de investigación. En el año 1994 se inició
el primer grupo de investigación con un proyecto específico
para la EF, hoy hay alrededor de 7 equipos de investigación. O
sea, que evidentemente hay un salto cuantitativo amplio. Creo también
que el salto es cualitativo, y ambos, y acá vamos a hacer una
especie de autobombo al Profesorado, fueron gracias el Congreso de
1993. No podría decirse un antes y un después, sino una
explosión a favor de la Universidad. El 1er Congreso Argentino
de EF fue un puntapié inicial porque se trajeron figuras de
nivel internacional – Parlebás, Lapierre, Le Boulch-,
que estaban en el top ten, podría decirse, y estuvieron
discutiendo acá. Y esto, se sabe acá a nivel de
Argentina y a nivel de Latinoamérica, los temas de discusión
fueron producto de defensas acaloradas, con la altura del saber. A
partir de ahí creo que se dio un salto importante, y además
muy meritorio para el Profesorado porque empezó a mirarse como
necesaria la reflexión sobre la acción, incorporar
estudios de la Sociología, la Antropología social,
entre otras, como fuentes imprescindibles de formación
profesional docente. Los criterios educativos se reformularon, los
contenidos se actualizaron, se reemplazaron las propuestas sólo
fundadas en relación al rendimiento por el rendimiento mismo.
Empezó a estudiarse el cuerpo ya como una construcción
social y no sobre el sólo hecho anatómico, y además
ya se acercaron historiadores, educadores, sociólogos,
antropólogos, digamos que ya la dimensión no era
unidireccional en la formación. El seudónimo “vagos”
degradaba,“ah, son de EF, no estudian”. Quizás
ahí está la justificación del mal docente: la
culpa la tiene el otro, en vez de rever la práctica. Creo que
esto ahora no sucede. Y si hay casos aislados habrá que ver
cómo se interviene en ello.
Ya
para ir terminando, la última pregunta: ¿Qué
futuro imagina y qué futuro desea para el Profesorado?
Mi
imaginación puede volar mucho, el deseo también. Pero
el deseo es que siga progresando en esta línea de
investigación y que sea un centro de referencia a nivel
nacional e internacional, como ha venido siendo. Las conexiones e
intercambios que se han establecido con Brasil, con Colombia, o son
Sudamérica en general, son muy fructíferos, o como ha
sucedido con España o con Italia, que han venido distintos
profesores. Bueno, eso habla muy bien del Profesorado. Y si estas
personas vienen es porque evidentemente tienen una buena imagen o una
buena historia de lo que está siendo la institución.
Espero que siga en esta línea de progreso.
Por
supuesto hay muchísimos profesores que están haciendo
carreras de posgrado. En mi caso en la materia Teoría de la
Educación Física 3 soy Profesor con experiencia
académica pero sin postitulación; el Profesor Adjunto
en Teoría de la Educación Física 3 es Doctor,
Pablo Scharagrodsky; el Jefe de Trabajos Prácticos, Martín
Uro, está haciendo dos carreras de posgrado; Silvia Martínez,
también Jefa de Trabajos Prácticos una maestría;
y Belén Bonamy ha sido becada a Brasil y está
incorporándose a carreras de posgrado. Todos esos docentes que
integran la materia, están preocupados por la formación,
por su mayor formación académica.
En
todas las materias que integran el Plan de Estudios 2000, hay
docentes preocupados por la posgraduación: en cada una seguro
que hay Especialistas en, Magister en, doctores en Ciencias Sociales,
en Educación o en postítulos en materias del área
biológica.
Existe
hoy una nueva apertura que son las pasantías de alumnos y
graduados que desean formarse en las materias para continuar con la
formación profesional docente. Esto es muy bueno, mi deseo es
que continúe transformándose en realidad.
(1) Pablo Kopelovich es Profesor en Educación Física
(UNLP).
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